[Oasis Marino Conservación] Imágen satelital de la península de Baja California y el golfo de California See English version
 
[Historia de los esfuerzos de conservación en el golfo de California]
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Posiblemente los primeros esfuerzos por proteger las islas del Mar de Cortés comenzaron en 1951 con la publicación del popular estudio sobre las aves marinas de isla Rasa publicado por Lewis Wayne Walker en la revista National Geographic. En ese momento, Walker era investigador en el Museo de Historia Natural de San Diego y más tarde se convirtió en Director Asociado del Arizona-Sonora Desert Museum Walker era un gran conocedor de la historia natural de la región y tenía experiencia personal de campo en Baja California y en las islas del Mar de Cortés, especialmente sobre isla Rasa. Escribió numerosos artículos sobre la historia natural de la región y, a través de estas publicaciones, popularizó la crisis de isla Rasa (Walker 1951, 1965).

Kenneth Bechtel (el mismo filántropo que en los años setentas organizara la expedición en aerodeslizador con Lindbergh) era en ese tiempo un administrador del Audobon Society. A principios de los cincuentas donó $5,000 dólares para la conservación de isla Rasa, donativo que más tarde fue apoyado con una beca del Belvedere Scientific Fund (también relacionado con la familia Bechtel). Este apoyo financiero también llegó al laboratorio del Dr. Bernardo Villa en el Instituto de Biología de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Los fondos fueron utilizados para mantener a un biólogo y a una estación de campo en la isla.

Los resultados de estas investigaciones pronto alcanzaron a la Dirección de Forestación y Vida Silvestre del Gobierno Federal Mexicano, que a finales de los años cincuenta estaba encabezada por el Dr. Enrique Beltrán, un eminente conservacionista. El interés propio de Beltrán por este asunto - y la notoriedad pública que isla Rasa había obtenido a través de publicaciones populares y de las múltiples salidas al campo de muchos biólogos - ayudó a preparar el camino para el primer Decreto Federal que protegería a los ecosistemas insulares del Mar de Cortés. En 1964 el Diario Oficial de la Federación publicó un decreto declarando a isla Rasa como reserva natural y refugio de aves migratorias. (DOF 1964).

El trabajo en isla Rasa fue más tarde apoyado con donativos del Roy Chapman Andrews Fund y el Arizona-Sonora Desert Museum Éste y otros fondos ayudaron a mantener la presencia de los investigadores y estudiantes del laboratorio de Bernardo Villa en isla Rasa. Muchos de estos estudiantes se convirtieron después en importantes conservacionistas en el Mar de Cortés. El trabajo de Villa a principios de los ochentas combinó eficazmente la investigación con la conservación. Uno de sus juveniles estudiantes de esa época, la Dr. Enriqueta Velarde, decidió extender la idea a otras islas del Mar de Cortés. Con el apoyo científico de George Lindsay y Daniel Anderson de la Universidad de California en Davis, y el apoyo financiero y conservacionista de Spencer Beebe de la Nature Conservancy, Enriqueta Velarde, que en esa época trabajaba en el Instituto de Biología de la UNAM, lanzó el primer proyecto de conservación para las islas. El proyecto produjo, entre muchos otros resultados aplicados, el libro Las Islas del Golfo de California, impreso por la UNAM y el Gobierno Federal Mexicano, quien influyó enórmemente en llamar la atención hacia las islas y sus problemás de conservación.

Muchos de los participantes de este primer equipo son ahora elementos clave en la conservación del Mar de Cortés. El equipo incluía, entre otros, a Alfredo Zavala, hoy en día director regional de la Reserva de las islas del Mar de Cortés; y a Jesús Ramírez Ruiz quien, junto con María Elena Martínez, Luis Bourillón y Antonio Cantú, tiempo después erradicara de isla Rasa a los roedores introducidos,(véase Bourillón et al. 1988). Se puede decir que el trabajo de conservación en isla Rasa fue el catalizador que dio comienzo a más trabajo de conservación en el Mar de Cortés.

Cronológicamente, sin embargo, isla Tiburón fue la primera isla del Mar de Cortés que recibió Estado oficial como área protegida, a través de un decreto publicado el año anterior al de isla Rasa. Isla Tiburón, la isla más grande del Mar de Cortés, ocupa 120,800 hectáreas. En tiempos prehispánicos la isla Tiburón era parte importante del territorio (o Cun Ca'ac, en su propia lengua) de los Indios Seri (Felger y Moser 1985). Por esta razón la isla no es sólo un importante sitio natural, sino que también guarda importantes elementos históricos, arqueológicos y culturales. Aunque en el Siglo XX los Seri no han habitado la isla, siempre la han utilizado como su lugar principal de pesca y siempre lo han considerado parte de sus tierras tribales.

El 15 de marzo de 1963 isla Tiburón fue decretada como Refugio de Vida Silvestre y Reserva Natural por el Presidente Adolfo López Mateos (DOF 1963). Este primer decreto se lanzó como resultado de una iniciativa de Enrique Beltrán. El fallo, sin embargo, se hizo con base en fundamentos biológicos y ecológicos pero no se tomó en consideración las necesidades y demandas del Pueblo Cun Ca'ac. Siete años después, en 1970, el Secretario de la Reforma Agraria dio a los Seris formal posesión de 88,800 hectáreas de la isla Tiburón como parte de un total de 91,322 hectáreas de tierra ejidal que la Tribu recibió. Esta fue la primera vez que el Gobierno Federal reconoció el derecho de los Seris a sus tierras ancestrales. El 11 de febrero de 1975, el Presidente Luis Echeverría lanzó un decreto que restauraba isla Tiburón al Pueblo Seri como parte de su propiedad comunal. Aunque este decreto se emitió como parte de una serie de acciones del gobierno para dar más poder a los pueblos nativos dentro de sus tierras tradicionales, lo cierto es que también tenía ciertas implicaciones conservacionistas. El decreto establecía que las aguas costeras de la isla podían solamente ser utilizadas por los Seris y su Cooperativa Pesquera, la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera (INE 1993) y declaraba fuera de los límites a todos los demás pescadores.

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Reservas de la biosfera y diversidad biológica

Texto adaptado del capítulo sobre conservación del libro Biogeografía de las Islas del Mar de Cortés, un volumen de próxima publicación editado por Ted Case, Martin Cody y Exequiel Ezcurra. Este capítulo fue autorizado por Luis Bourillon, Antonio Cantú, Exequiel Ezcurra, María Elena Martínez y Alejandro Robles.

NOTA: El libro Biogeografía de las Islas del Mar de Cortés que se cita en la nota de arriba ha sido publicado y su referencia es la siguiente: Case, T.J., ML.Cody, E. Ezcurra (eds.). 2002. A New Island Biogeography of the Sea of Cortés, Oxford University Press. New York, 699 pp.

Los charranes de isla Tiburón, Fotografía de Bradford Hollingsworth

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